Palabras prestadas

Oda a las coloniales de Fernando Romero Jiménez

Casa Marciano, foto de Sevilla Desaparecida

Casa Marciano, foto de Sevilla Desaparecida

«En otro tiempo, en la ciudad de Sevilla, existían una serie de comercios especializados en coloniales, dignos de príncipes. El trato en estas tiendas de comestibles, como le llamaban en el pueblo, era familiar.
Anteriormente, la misma compra tenía su protocolo estricto: ¿cómo está la familia?, No le he visto desde hace tiempo, he estado enferma, que has tenido ¿niño o niña?, mi marido tal cual, etc… La compra era, socialmente, una actividad cultural y de relaciones personales, un hábito saludable.

Podríamos nombrar las famosas( y de gente acomodada) coloniales de: Casa Marciano (Francos), La Casa de las Galletas (P pan), Cofran (Jesus del G. Poder), La Española, etc.
Economatos que tenían las grandes empresas como Hitasa, La Pirotecnia, Eritaña o Los Astilleros y tenían el mismo trato y protocolo que las tiendas de barrios.

{En Sevilla los ejemplos de estos templos gastronómicos son muchos} La Casa Palacio en el Porvenir, en Puerta de la Carne, Antonio, Cositas Buenas, Casa María Moreno, Juan Cabrera  en el Cerro, etc…

Pero helo aquí, que un día llegaron a Sevilla unos señores, y al mangante de turno, le propusieron pastora de las marisma y tirar el Palacio del Duque el Sánchez Daal  y construir la 1º gran superficie. Ya no era «¿A dónde vas? Al Economato de Hitasa», no. Ahora, unas dependientas guapísimas { te guían por largos pasillos donde todo es etiqueta},  nadie se conoce {ni te pregunta por tu hermano}, todo empaquetado,  nada a granel…
En fin,  luego mas y mas y mas… cada barrio {con una gran superficie} y adiós a la venta familiar, a la venta entre amigos… Y  los que quedan son cuatro indianos y medio…y se mueren… {Ojalá} este arte no caiga en Sevilla {ni en España en sí} , y que nadie les ayuda…penoso, pero ante todo…

¡¡Vivan las coloniales!!»


 

 

Deja un comentario